Rubric: El Proceso de la Productividad

No invierto tiempo en recolectar y organizar los asuntos abiertos.

Recolecto y organizo los asuntos abiertos reaccionando a faltas de cumplimiento o cuando la urgencia me abruma, pero no en una fecha y hora programada para ello.

Recolecto y organizo asuntos abiertos de manera sistemática pero no tengo un momento especial en la semana para hacerlo.

Tengo bloques de tiempo de calidad apartados en mi agenda para colectar, consolidar y organizar los asuntos abiertos.

Recolecto asuntos abiertos únicamente cuando están relacionados a aspectos de mi trabajo.

Recolecto asuntos abiertos de todos los ámbitos de mi actividad per únicamente si son importantes.

Recolecto asuntos abiertos de todos los ámbitos de mi actividad pero los registro en almacenes separados.

Recolecto asuntos abiertos de todos los ámbitos de mi actividad (personal, familiar, laboral, social, etc.) y los registro en un almacén único.

Todos los asuntos abiertos los llevo en mi mente.

Llevo asuntos abiertos tanto en mi mente como en otros almacenes de colecta que representan tanto medios impresos (block de notas, post-its, minutas, etc.), como medios electrónicos (herramienta de tareas en dispositivo móvil, correo electrónico, etc.).

Llevo asuntos abiertos tanto en medios impresos como electrónicos pero no en mi mente.

Llevo asuntos abiertos en un medio único, bien sea impreso o electrónico y siempre lo hago de la misma manera.

No filtro asuntos abiertos. Suelo atender todos los asuntos abiertos indiscriminadamente.

Filtro los asuntos abiertos con criterios poco claros y no determino las acciones necesarias para atenderlos.

Filtro asuntos abiertos con criterios claros. Pero no suelo rechazar asertivamente o renegociar aquellos para los que no tengo claras las acciones a realizar.

Filtro asuntos pendientes con criterios claros, manteniendo solamente los que requieren mi atención. Descarto basura y asertivamente rechazo los no pertinentes, negociando cuando es necesario ante una solicitud reiterada.

No invierto tiempo y esfuerzo por aclarar o pedir aclaración de los asuntos abiertos. Suelo trabajar con ambigüedades donde no se identifica claramente qué implica, que acción se puede asociar y quien debe realizarla.

Invierto tiempo y esfuerzo en aclarar el significado de los asuntos abiertos.

Hago un análisis profundo de los asuntos abiertos, sin embargo no traduzco el asunto en acciones específicas administrables.

Aclaro suficientemente cada uno de los asuntos, y los analizo exhaustivamente para determinar qué es, qué significa y que acciones específicas y administrables se requieren.

No tengo criterios claros para decidir si el asunto abierto o su acción específica debo que hacerlo yo en el acto, debo hacerlo yo posteriormente, debo delegarlo, debo calendarizarlo o debo crear un proyecto.

Tengo criterios claros para decidir sobre las acciones semanales (hacerlo, delegarlo, posponerlo, calendarizarlo o proyecto). Suele suceder que hay semanas con plan de acciones y semanas sin planeación.

Tengo criterios claros para decidir sobre las acciones semanales y las registro pero no siempre aparcan en mi agenda.

La planeación de las acciones semanales es una actividad específica que forma parte de mi agenda. Planeo utilizando funcionalidades avanzadas de herramientas tecnológicas (calendario, tareas y proyectos).

No tengo un plan semanal formal de acciones que sea implementado explícitamente. El trabajo se efectúa más reactivamente y predominantemente siguiendo el criterio de urgencia.

Manejo un plan semanal de acciones que administro con papel o con herramientas y funcionalidades básicas de tecnología, pero se trata de un plan personal con poca interacción con los involucrados.

Manejo un plan semanal de acciones que administro con papel o con herramientas y funcionalidades básicas de tecnología. La coordinación con los involucrados se realiza con medios tecnológicos tradicionales como el teléfono.

Administro un plan de acciones semanal usando funcionalidades avanzadas de herramientas tecnológicas (calendario, tareas y proyectos). Mis colaboradores, pares, clientes y personas a quienes reporto tienen vista compartida y permisos de edición acordes con su rol.

No tengo un plan semanal formal de acciones. Eventos imprevistos afectan significativamente el curso del trabajo sin poder recuperarnos ágilmente.

Los medios tradicionales en que administro mi plan de acciones no me permiten reaccionar ágilmente ante un evento imprevisto. Normalmente representa un esfuerzo significativo replantear y coordinar los cambios entre los involucrados.

Los medios tecnológicos en que administro mi plan de acciones me permiten reaccionar ágilmente ante un evento imprevisto, pero se me dificulta la coordinación con los involucrados.

Las herramientas tecnológicas en que administro mi plan de acciones me permiten reaccionar rápidamente ante cambios imprevistos. Los cambios en la agenda y acciones se trabajan colaborativamente usando las tecnologías y se reflejan en tiempo real en el plan actualizado.

No tengo un plan semanal formal de acciones que pueda ser mantenido.

Los medios tradicionales en que administro mi plan de acciones no me permiten mantenerlo actualizado. Suelo tener asuntos cerrados o cancelados presentes en mi plan.

Los medios tecnológicos en que administro mi plan de acciones me permiten actualizarlo, pero no tengo la disciplina de hacerlo y ocasionalmente lo actualizo.

El mantenimiento del plan de acciones semanal es ágil y en tiempo real gracias al uso de herramientas tecnológicas. Suelo llevar algunas métricas de productividad personales y de mis colaboradores.